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Son de azul y blanco
Montserrat Morales
Brillante luna aquella, en esa noche de jazz. Donde tu vestido blanco;
resaltaba de tus caderas el compás.
Anuncia el final de esta guerra. Con tu baile;
ondea los pliegues de esa bandera de paz.
Permíteme rendirme ante ti.
Dejar ir de tus caricias tiernas el anhelo.
Del consumirme en tus labios, parar de fantasear.
Aceptar que de los suspiros que se te escapen al cielo,
su razón y motivo. Seré yo, jamás.
Dolor suficiente ya causaste. De pisotear a diario mi amor.
Más tan grande es el mismo, que no te guardo rencor.
Dios te tenga en su santa gloria.
Por seguir la senda aquella.
Edén hermoso al que arribas.
De vestidos blancos, tuyos.
Inconquistables
Por faldas azules, mías.



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