

Mi última carta
Paulina Díaz
Aún no logró asimilar tu ausencia. Desde ese día todo mi alrededor se tornó gris, y ahora mis escritos hablan más de ti. Siempre tengo la esperanza de que en algún momento volverás, pero solo me hago ilusiones falsas porque es evidente que no regresarás.
Recuerdo el día que te despediste sin más. Dijiste que era momento de continuar. Pude haberte dicho "no", como en todas esas fingidas despedidas, pero el destino dijo "hasta aquí", marcando el límite entre tú y yo. Tus ratos libres ya no me pertenecían, y eso dolía. Poco a poco me fuiste soltando. No quería aceptarlo porque me dolía. Prefería aguantar el dolor que estar sin ti, porque contigo planeé una vida, una eternidad a tu lado. Caminar al altar, formar la familia que tanto decíamos… son planes que ya no existen, pero los recuerdo cada día al despertar, y me lastima saber que ya no más, que te fuiste para siempre y no volverás.
Cada noche te apareces en mis sueños, me abrazas, me miras solo a mí, y sobre todo me amas, pero al darme cuenta que es solo una falacia, despierto y grito tu nombre.
¡Solo vuelve un instante!
Las cuatro paredes se han vuelto testigo de mi sufrir, regresa, no sé cómo seguir viviendo.
El dolor me invade.
La tristeza se apodera de mí; ahora todos se han vuelto mis enemigos, pues están hartos que siempre te mencione y no te suelte, tan solo si supieran lo difícil que es, todo me recuerda a ti.
Siempre voy a esos lugares donde solo éramos tú y yo.
Esperando encontrarte, con esa sonrisa difícil de olvidar.
Regresaría el tiempo.
Para poder entenderte y no perderte.
Sabes, ahora estoy en el lugar al que prometimos venir. Nunca me imaginé que vendría, pero sin ti. Estoy aquí, pero mi alma ya no, esa se fue contigo al decir adiós. Justo este día me prometí que sería la última carta que te escribo, me rindo, me mata poco a poco ver tu nombre en cada carta. Ya no quiero que me duelas tanto.
Esta es mi última carta, mi último intento para soltarte.