Mi cuerpo

María Fernanda Reyes

Suelo mirarme al espejo con regularidad. Quizá algunas piensen que es por vanidad, quizá otras lo identifiquen como ese impulso curioso que tenemos de intentar buscar algún cambio en nosotras, cómo encontrar algún lunar que no hayamos percibido antes.

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Sin embargo, no me miro por esos motivos.

Dependiendo del día, mi reflejo me puede generar una gran cantidad de emociones, muy diversas entre sí: desde un incómodo desagrado hasta un regocijante orgullo. Pero últimamente he desarrollado un nuevo sentimiento, el cual dejó de lado a todos los demás. Cada vez que me veo no puedo evitar sentir intriga.

Esa intriga no me permite despegar mi mirada del espejo. 

En aquel reflejo identifico diversos rasgos, mis rasgos. Reconozco mis ojos, mi cabello, mis manos, mis piernas. Sé que es mi cuerpo. Pero a la vez dudo que sea mi cuerpo.

¿Qué tan nuestro es aquello que denominamos “mío”? A veces siento que mi cuerpo le pertenece más a los demás que a mí. 

¿Qué tan mío es mi cuerpo, si la impresión que tengo sobre él se ve influenciada por el juicio ajeno? El cual, por más que intente ignorarlo, sigue ejerciendo presión en mí, haciéndome dudar respecto a la valía de aquello que está frente a mí. Aquello que está en mí. 

¿Qué tan mío es mi cuerpo, si la mirada de un extraño puede contravenir mi integridad, mi dignidad? Si su asqueroso morbo puede adueñarse de mi figura, siendo capaz de generar un sinfín de pensamientos inmundos que ni siquiera quiero imaginar. Escenarios que mi cuerpo jamás tendría que experimentar, lo vuelve suyo contra mi voluntad.

¿Qué tan mío es mi cuerpo, si sus cicatrices y marcas fueron hechas por agentes externos? Algunos fueron accidentes, mientras que otros fueron impregnados en mí como símbolo de supervivencia. Aunque no importa su origen, pues siguen en mi piel, incluso sin ser míos.

Mientras más miro ese reflejo, menos lo reconozco. ¿Cómo puedo volver a apropiarme de mi cuerpo? ¿Cómo puedo recuperar aquello que fue mío? Aquello que, de alguna extraña forma, lo sigue siendo pero a la vez no lo es…