top of page
Sitio Web landing page diseño delicado minimalista para joyas hechas a mano dorado y beis.

(Au/Pre)  Scencia

Vadria

Me han contado que te has cambiado de peinado,  

que las personas a tu alrededor han ido variando.  

Me han dicho que ya no eres aquel muchacho sonriente  

que se acercó a mí una tarde con expresión valiente.  

 

Yo todavía sigo siendo la misma niña llorona  

que se esconde a todas horas. 

Aún me pierdo cuando doy pasos inseguros por la acera. 

Sigo escuchando voces inexistentes en mi cabeza. 

 

La medicina no me ayudó y el aislamiento me condenó.  

Tus intentos fueron muchos,  

pero sin importar tu osadía  

al monstruo que me acechaba jamás matarías. 

 

No te culpo.  

Diste lo mejor de ti. 

Fui yo quien lo arruinó y esparció el confeti  

en un patio carente de celebración. 

 

¿Recuerdas aquel día bajo el sol? 

¿La nieve derretida por calor del verano?

¿Y la sonrisa en mi rostro cuando sujetaste mi mano?

 

Debiste abandonarme en ese instante. 

Debí darme la vuelta y ahorrarnos todos los percances. 

Dejé el tiempo correr cuando debí detener las manecillas.  

Diste un paso adelante y yo debí retroceder,  

así no habrías tenido la obligación de besar mis mejillas. 

 

Sin embargo, me quedé inmóvil y alimenté un sentimiento que nos sobrepasó.

¿Qué sabían dos adolescentes sobre el amor?

Tú sabías muchas cosas, tocabas la guitarra y tenías una banda.

Yo no sabía absolutamente nada.

Y jamás había estado enamorada.

 

¿De verdad lo estaba?

¿O simplemente te admiraba?

 

Eras el único dispuesto a luchar con mi monstruo.

Día a día, palabra a palabra,

ustedes se disputaban el control de mi alma.

 

Querías mostrarme una versión del mundo dominada por la felicidad

y en mi interior la oscuridad todo lo devoraba.

Intenté seguir tu ritmo y tú dejaste de correr

para que te alcanzara y yo no lo podía entender.

En lugar de agradecerte, todo lo comencé a ver con desdén.

 

¿Dónde he estado que de nada me he percatado? 

¿Qué realidad he vivido que todo ahora me parece ficticio? 

¿En qué momento tomamos un camino bifurcado? 

¿Siempre fuimos una narrativa inconexa o solo éramos un vicio? 

 

Creo que ambos sabemos la respuesta. 

Yo soy destructora por naturaleza. 

Tú conmigo estabas condenado al olvido. 

Te quería a mi lado siempre, no en momentos breves. 

Necesitaba tu atención permanente, no algunas miradas leves. 

Iba a colocarte en una jaula y admirarte mientras lloraba. 

Por eso me fui. 

Te quise, pero renuncié a ti. 

 

Sé que ahora eres exitoso  

y vives momentos maravillosos. 

Entiendo que has llegado a la cúspide de aquellos sueños  

de los que conmigo habrías tenido que despedirte. 

 

Las metas que tenías

no iban de la mano con mi agonía.

Yo era peso muerto a tu lado.

Nunca debimos encontrarnos.

 

Me alegra saber que sonríes de nuevo con alegría,  

aunque no podamos compartir esos momentos de la vida.

Mis conocidos no hacen más que mencionarte  

con la esperanza de que vaya a buscarte.  

Creo que no recuerdan mi gran cobardía,  

esa que se incrementa día con día. 

 

¿Me detestas por hablarte con palabras vacías? 

¿Por apartar la mirada de ti cada vez que hablabas? 

¿Puedes perdonarme por esquivar cada gesto de amor que me brindabas? 

Te dejé ir porque sabía que estarías mejor sin mí. 

 

Quise protegerte a sabiendas de que yo era quien más te hería.  

Así que me bastó con tu mirada afligida ante mi silencio  

para justificar cada acción que aquella mañana realizaría. 

Me viste de tal manera que lloré durante horas al llegar a casa. 

Te supliqué perdón, pero me miraste en busca de esperanza. 

 

Recuerdo que quisiste detenerme,  

que intentaste sostenerme.  

Pero di un paso atrás  

y tú me examinaste buscando una explicación 

para algo forjado en un rincón de mi obtuso corazón. 

 

Mi idea era sencilla y atroz:  

Sin mí, tú estarías mejor. 

 

Caminé lejos de ti y te escuché llamarme,  

pero me obligué a continuar  

a pesar de que no hacía más que temblar. 

 

Mi inestabilidad estalló y te llevé conmigo al más aterrador abismo. 

Luché y luché por sacarnos de ese agujero, 

pero todo tiene un precio y nosotros todavía éramos un par de críos. 

Aunque sacara un préstamo en el banco 

y me endeudara durante sesenta años, 

no habría reunido nunca el dinero necesario. 

 

Así que mis miedos me ofrecieron un descuento. 

Uno. No dos. 

Y tú estabas en lo alto, 

no tenías que bajar a mi infierno. 

En mi mente, irme era lo correcto. 

 

La distancia que prolongué  

y que tú luchaste por evitar,  

hoy no hace más que crecer. 

 

Salí avante una vez más,  

aunque me habría encantado fracasar. 

 

Finalmente has avanzado en la dirección contraria  

y yo me he quedado en la misma ubicación huraña  

en la que te dije adiós aquella gélida mañana. 

 

Tantas horas se han diluido  

desde que separamos nuestros caminos.  

Mis decisiones nos tomaron desprevenidos,  

pero al final aprendimos a reconstruirnos. 

 

Sigo escuchando a Bon Jovi  

y recordándote en cada acorde. 

Todavía tarareo nuestro himno de ilusiones. 

 

No te niego que evoco memorias  

y cuento los pétalos de las flores  

mientras escucho los relatos de la vida que te forjaste  

y de la que no soy parte. 

 

Me han dicho que te casaste y planeas mudarte.  

Me alegra que alguien haya llegado a amarte  

de la manera en que mereces  

y que yo jamás hubiera podido demostrarte. 

Light Blue Red Gold Floral Vintage Illus
Light Blue Red Gold Floral Vintage Illus
LOGO - PRIMERA SEMILLA (1)_edited_edited
  • Trapos
  • Instagram
  • Facebook

@primera_semilla

bottom of page